Capitulo XVIII EL PALACETE

 Verónica pregunta, -¿Para qué has puesto los maniquíes así?, ¿que quieres hacer?, vamos al barrio y lo verás, dice Robert. Cuando llegan todos los vecinos estaban esperando. 

 

 Robert se acerca a Hamid y le dice vamos a ver a que nos enfrentamos. Los maniquíes estaban colocados de forma que parecía que defendían el Palacete, uno de ellos estaba en un tragaluz que asomaba por el tejado desde donde se veía la gran sala, tres asomaban por el balcón, y el quinto estaba en pie en el centro del salón, sujetando a sus pies con cinta al monopatín. 

 -Vamos a empezar Hamid, dice Robert, -hay que estar alerta, -tenemos que hacer que todos respondan a tus órdenes, -empezaremos atacando la gran sala, -apunta al lugar por donde entramos. 

 En pocos segundos ya lo tenía en la mira. -Bien, -ahora dispara, le indica Robert, -dispara tiro a tiro, -cada tres segundos, tres o cuatro disparos. 

 Comienza a disparar, cuando apenas llevaba un minuto disparando aparece la nave esférica, se para a mucha altura, encima del Palacete, entonces sale un láser que fulmina al maniquí que atacaba la sala. 

 -Vamos rápido a los fusiles de los balcones, -al que quieras Hamid, -apunta a la nave y dispara una ráfaga.

 Hamid tarda muy poco en hacer lo que Robert le pide, comienza a disparar, no le da tiempo a descargar el fusil, la nave lanza otro láser que acaba con el maniquí, sin llegar a sufrir ningún daño.

 Cuando Hamid se dispone a utilizar otro fusil, la nave no lo permite, con dos disparos acaba también con los que asomaban por los balcones. 

 Entonces conecta con el que único que queda, el que estaba en el salón subido al monopatín, que sale al balcón disparando a la nave en ráfaga, esta responde con un láser más grande, del tamaño de un rayo, revienta el Palacete, dejando en un instante un solar de cenizas.

 Todos los vecinos han sido testigos de lo ocurrido, quedan boquiabiertos. -Que horror, dicen algunos, -que podemos hacer nosotros ante semejante poder. Robert dice, -podemos hacer mucho, -ya sabemos de que pueden ser capaces, -aunque se intuía, -y lo más importante, -que ahora piensan que han terminado con nosotros, eso nos dará tiempo. 

 -¿Que podemos hacer?, dicen los más jóvenes, Robert responde, ahora tenemos que rescatar a todas esas personas que están capturadas, y en primer lugar ayudaremos a los que están en esos sarcófagos. 

Diego comenta, -dejemos pasar unos días, -Rumbo patrullará y nos avisará si ve algo sospechoso.

 -De acuerdo, responde Robert, de esta forma iremos preparando un plan para el rescate de esa gente.

 Paula comenta un tanto asustada, -¿Como sabremos que no hay malas personas entre esa gente?. -No lo sabemos, responde Robert, -solo sé que yo estaba ahí, -y como yo tiene que haber muchas personas.