lunes, 20 de mayo de 2019

Capitulo XV EL ÁTICO



 En el edificio de la Calle Sainz de Baranda. Se encuentran seguros. Los cuatro, parece que en el vestidor de uno de los áticos, dentro del gran armario,  y arropados con las cortinas, se tranquilizan, y entran en calor. Rebeca al abrigo de Robert. Jan y Alba también se abrazan. 

-No vamos a dejar que esa gente te haga daño. Le dice Jan a Alba. Que seguía temblando. 

 -Tenemos que buscar la forma de volver a nuestra estación. Comenta Jan.

 -Todas las personas que están allí, -están en peligro. -Tenemos que avisar son muestra familia y nuestros amigos. Robert dice. -Ese Rey Alfredo tiene que ser alguien muy poderoso. -Además de un mal nacido. -Y como él tiene que haber más. -La única forma de llegar a vuestra estación es a través del túnel de desplazamiento. 

 -Ese lugar llamado Atocha, no sabemos donde puede estár. Rebeca dice. -Estábamos cerca. -Nuestra esfera sufrió el incidente pocos minutos antes de llegar a nuestro destino. 
 -Pero en esas naves, -unos minutos pueden ser muchos kilómetros. -La única forma de llegar a vuestra estación es volver a la sala de las cápsulas.

 Cae la noche, parece se se van quedando dormidos. Rebeca mira a Robert. pensativo y pregunta. ¿Que ocurre?. Robert en voz baja le contesta. -Que tengo que ir al barrio. -Esto también les implica. -

 -Entre todos encontraremos alguna solución. -Creo que lo mejor es que me marche. Mientras, vosotros intentar descansar. -Antes de que amanezca estaré aquí. 

 Rebeca le dice. -Yo quiero ir contigo. -No. Dice Robert. -Tardaré menos yo sólo. --Y será más fácil parar desapercibido. ¿Porque más rápido?. Acaso piensas que no puedo llevar tu ritmo. -Te recuerdo que estoy en plena forma. -En mi estación hemos tenido sesiones de Alto Rendimiento mas duras que un paseo en la noche contigo. -Y tú llevas mucho tiempo sin hacer ejercicio. 
-Mil años, apunta Robert. -Pero me encuentro en forma.

 -Esas cápsulas sin duda son excelentes latas de conservas. -Creo que incluso estoy mejor. 

 -El traje que me hizo el chequeo, me alivió algún mal de los míos. ¿Algún mal?. ¿A que te refieres?. Pregunta Rebeca. -Algo que en mi época era muy normal. 

 -Lo último que recuerdo, es que no me encontraba bien. -Y que estaba visitando al médico. -A partir de ahí lo único que recuerdo es la cara de Paul mirando en mi cápsula. 

 Rebeca le insiste. -¿Que te ocurría?. Robert sonriendo le dice. Pase por todo tipo situaciones, me puse enfermo en muchas ocasiones. -Pero no pudieron conmigo. 

 -Quizás sea ese el motivo por el que fuiste capturado. Le comenta Rebeca.  Tienen que haberse fijado en ti, -porque sin duda eres muy especial. Le dice mientras le mira fijamente. -Tu también lo eres, le dice Robert mientras se abrazan. 

 Jan, estaba escuchando, les dice. -No nos quedaremos aquí. -Alba y yo queremos ayudar. -Ya te ha dicho Rebeca que tenemos buenas condiciones físicas. -Tu solo, no podrás con esos malvados. 

 -Necesitas nuestra ayuda.                     

 -Desconoces muchas cosas sobre de nuestra gente. -Iremos a tu barrio, -allí podemos preparar lo necesario para volver a la gran sala. -Es el único camino posible.  -Tu eres quien dijo que ahí tenía que estar la repuesta.

 Robert dice. -De acuerdo, -iremos todos al barrio. -Aprovecharemos la oscuridad. -Los más mayores también tienen que decir algo al respecto. -Lo mismo que Paul. -Seguro que también estará desconcertado. 

 Entonces se levantan. Bajan de nuevo por las escaleras del patio de luces. Abajo les dice Robert. -Tenemos que ir pegados al los edificios. -Aunque, yo soy de los que cuando voy por la calle, voy por el medio..., y sonríe. Los tres no lo entienden. 

 -Seguro que recuerdas el camino. Le dice Alba, que seguía asustada. -No te preocupes. -Por mucho que haya cambiado Madrid, -se donde se encuentran todos los barrios. 

 Cuando se disponen a salir. En la entrada, estaba sentado el perro. Robert acaricia a Rumbo. -Me estabas esperando eh perrete. Le dice mientras le acaricia. El pero inicia el camino. No es por donde Robert pensaba ir. 

 Se detiene, les mira. Y cuando le va a morder el bajo del pantalón. Le dice Robert. 

-Está bien iremos por donde tu dices. Rumbo emprende el camino despacio. Los cuatro le siguen.


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Capitulo XXI LOS REFUERZOS

 Robert y Rebeca regresan a la sala donde se encuentra el fichero, -¿has visto algo?, pregunta Rebeca, -no, responde. Entonces Rebeca...